Simone Belli
Rom Harré
Lupicinio Íñiguez
En los últimos años el tema de las
emociones ha sido influenciado por la investigación postconstruccionista
(Iñiguez, 2005), particularmente usando la performatividad como noción pivote.
Según Judith Butler (1993) la construcción de las emociones es un procedimiento
abierto a constantes transformaciones y redefiniciones (Butler, 1997). Una vez
definido esto, vemos como su último efecto en esta evolución natural entre
emoción y lenguaje es la aparición de la tecnociencia. Han aparecido nuevas
emociones o diferentes maneras de llamar a las emociones ya existentes en la
tecnociencia (Belli, S., Harré, R.; Iñiguez, L.; 2009) debido al uso de las
nuevas tecnologías de la información y de la comunicación según su vertiente
emocional.
En nuestras investigaciones sobre la
utilización de las Nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC),
por parte de usuarios de locutorios y cibercafés, hemos entendido como estas
tecnologías son fundamentales en la vida cotidiana de cada individuo. El énfasis
se ha puesto en el análisis de las emociones ligadas al uso de estas tecnologías
en estos espacios específicos. Utilizando el concepto de performance (Butler,
1990), se explora cómo el habla crea una necesidad de construir emociones
particulares que no existían antes de su performance.
Para poder entender esta performance en los discursos es necesario utilizar una "herramienta" ad hoc, en nuestro caso es el Membership Categorization Analysis, tal y como lo entiende la escuela de Manchester.
En el análisis ha surgido la categoría de pertenencia de la velocidad, como performance emocional primaria construida a través el lenguaje, por parte de usuarios de nuevas tecnologías. Esta velocidad, producida por el discurso, parece seguir la evolución natural de la tecnociencia en las Ciencias Sociales, contextualizada en el concepto de cyborg de Donna Haraway (1990) y de mutante de Alessandro Baricco (2007).