¿NECESIDAD O EMOCIÓN ANTE UN SUCESO PSICOLÓGICO?
Primeramente empezaré por definir cada uno de los términos y posteriormente haré una relación entre las tres, y así sabremos que es lo que sentimos cuando pasa un suceso, sabremos si es emoción o necesidad.
¿Qué es una Necesidad?
Es un impulso irresistible que hace que las causas obren infaliblemente en ciertos sentidos. Todo aquello a lo cual es imposible sustraerse, faltar o resistir. Falta de las cosas que son menester para la conservación de la vida.
Toda necesidad decrece en intensidad a medida de que se satisface, hasta el punto en que llega la saciedad. Las necesidades fisiológicas tienen un límite marcado con mayor o menor precisión; las demás suelen tener uno más elástico.
Los instintos los arrastran con una fuerza irresistible. ¡Esclavos de sus pasiones!, sentencian los panegiristas de la racionalidad. Como si los instintos no formaran parte de uno mismo con la misma inexorabilidad con que forman parte de cada uno el pie, la mano, la oreja... Como si pudiéramos plantearnos nuestra anatomía con criterios de opcionalidad (la clonación y demás ingenierías genéticas están llamadas a superar incluso las barreras que nuestros propios miembros oponen a nuestra pintoresca "libertad". Los instintos dan lugar a comportamientos que conforman la voluntad obstinada de cada uno, como obstinado está cada uno en mantener y hacer funcionar su anatomía para lo que le es propio. Absurdas cavilaciones metafísicas llevan a los teólogos de la dominación a concluir que la necesidad impuesta por los instintos es la más categórica negación de la libertad.
La diferencia clave entre la necesidad o el instinto y la obligación es que, mientras ésta nace de fuera de nosotros, y más concretamente de aquel que está por encima de nosotros, el instinto está en nosotros (in -stans) de la misma manera que están en nosotros nuestros miembros, y como éstos no sólo no están sujetos a la voluntad, sino que tampoco pueden estarlo, porque son previos y superiores a ella, como son previos y superiores a la voluntad nuestros miembros con todo su sistema de funcionamiento.
Y esa es también la diferencia entre los animales racionales y los irracionales. Mientras estos últimos se mueven únicamente por la necesidad, los racionales nos movemos por la obligación. Con una gran diferencia entre los racionales superiores y los inferiores (ver Web 6 y 13-2): cuanto más primitivo es el nivel de racionalidad, más físicas son las ataduras, las barreras y las jaulas. Y cuanto más evolucionada está la racionalidad, más sutiles y "voluntariamente aceptadas" son las ataduras.
Dentro de la complejidad de nuestro Ser, nuestras necesidades psicológicas son las que requieren nuestra atención y nuestro cuidado más inmediatos. Una necesidad psicológica es lo que debemos satisfacer para poder sentirnos seguros y saludables. Una necesidad frustrada, ocasionará una fiebre emocional - ira, tristeza, y una autoestima debilitada.
Necesidades fisiológicas y psicológicas: dinámicas similares
La dinámica de nuestras necesidades fisiológicas refleja lo que sucede a nivel psicológico. Nuestro cuerpo requiere, necesita, ciertas substancias específicas para funcionar: la sal, el zinc, el hierro, el potasio, etc. A medida que estas substancias disminuyen, el cuerpo tiene un método de comunicar justo lo que se necesita. La falta de estas vitaminas, minerales y sales ocasiona síntomas específicos fisiológicos, emocionales, cognitivos y conductuales (como cuando, por ejemplo, nos volvemos irritables, letárgicos, entumecidos mentalmente y actuamos como si estuviéramos bajo la influencia del alcohol, cuando nuestro nivel de azúcar en la sangre disminuye). La carencia de estas substancias castiga sin perdón y obstruye nuestra habilidad para relacionarnos efectivamente con los demás.
Los síntomas relacionados a nuestras necesidades fisiológicas deberían alertarnos que nuestro cuerpo requiere de las substancias agotadas. Si nosotros no nos percatamos o ignoramos estos síntomas, colaboraremos a que empeoren las cosas a través de nuestra falta de acción o de mala interpretación de lo que nos está sucediendo.
El proceso es similar a nivel psicológico. Existen necesidades psicológicas universales que forman parte integral de todos nosotros. Estas necesidades están comprendidas dentro de la condición humana. Las necesidades psicológicas más comunes incluyen la necesidad de: ser amados, ser respetados, sentirnos en control de nuestra vida, ser apreciados, reconocidos, admirados y sentirnos adecuados. Una de las necesidades psicológicas más importantes es el alcanzar nuestro verdadero potencial, vivir en forma congruente con nuestra verdadera naturaleza. En la medida en que nuestra forma de vida frustre estas necesidades, nuestras relaciones con otros sufrirán.
Bienvenida a la palabra “necesidad,” uno de los términos más confusos en el idioma. Todos lo usan. De hecho, puede ser una de las primeras palabras que los niños aprenden, siendo un descendiente directo de “Yo quiero” o “Dame.” Pero la palabra tiene una amplia y ambigua gama de sentido; puede expresar ideas que no tienen nada que ver la una con la otra. Por ejemplo, “Necesito una vacación,” es una manera cultural en los Estados Unidos de decir que te está fastidiando la monotonía y dificultad de tu trabajo cotidiano. “Necesito el respeto de mi esposa” demuestra una creencia que experimentarás un tipo de déficit psicológico si no recibes esta necesidad percibida psicológica. “Necesito agua” es una manera de expresar una verdadera necesidad biológica la cual, cuando sea negado, acarreará a la enfermedad o aun a la muerte. “Necesito el sexo” típicamente expresa un corazón codiciante, pero el corazón se engaña a sí mismo en pensar que solo está pidiendo una necesidad biológica.
¿Qué es una Emoción?
Estado de animo caracterizado por una conmoción orgánica consiguiente a impresiones de los sentidos, ideas o recuerdos.
Reacción afectiva por lo general de gran intensidad, que sobreviene bruscamente e invade todo el psiquismo y que suele estar acompañada de manifestaciones neurovegetativas. El miedo, La cólera, La sorpresa, una alegría intensa, son emociones.
Las variaciones orgánicas están en relación, con el sistema simpático y parasimpático, que rigen la vida vegetativa. Se producen también fenómenos expresivos como gritos, sollozos, que dependen del sistema cerebro – espinal. Desde el punto de vista psicológico perturba el tono afectivo habitual, altera el ritmo de los pensamientos y puede hacer perder el control de los actos. En las emociones muy intensas se liberan las tendencias reprimidas, reaparecen modos de actividad más antiguos, primitivos; el sujeto puede realizar gestos brutales, expresarse por palabrotas o volver a locuciones dialectales o infantiles.
Estados anímicos que manifiestan una gran actividad orgánica, que se refleja a veces como un torbellino de comportamientos externos e internos, y otras con estados anímicos permanentes, estas se conciben como un comportamiento que puede ser originado por causas externas e internas; que puede persistir, incluso, una vez que ha desaparecido el estímulo y que acompaña necesariamente, en mayor o menor grado, toda conducta motivada.
No son entidades psicológicas simples, sino una combinación compleja de aspectos fisiológicos, sociales, y psicológicos dentro de una misma situación polifacética, como respuesta orgánica a la consecución de un objetivo, de una necesidad o de una motivación.
Las emociones pueden agruparse, en términos generales, de acuerdo con la forma en que afectan nuestra conducta: si nos motivan a aproximarse o evitar algo, las diferentes emociones se pueden combinar para producir un rango de experiencias aún más amplio.
La intensidad emocional varía en un individuo a otro, en un extremo se encuentran las personas experimentan una intensa alegría y en el otro extremo están los que parecen carecer de sentimientos, incluso en las circunstancias más difíciles.
¿Qué es un suceso psicológico?
Primero definiremos que es un suceso:
Es un acontecimiento en un punto cualquiera del espacio en un instante puntual de tiempo vendrá determinado por un cono de sucesos pasados y provocará a su vez un cono de sucesos futuros
Lo fundamental de la experiencia delirante primaria es que aparece un significado nuevo asociado a algún otro suceso psicológico. Kurt Schneider ha sugerido que estas experiencias pueden reducirse a las siguientes: humor delirante, percepción delirante, ocurrencia delirante, interpretación delirante y representación delirante.
La violencia se ejerce por acción, a través de actos y del obrar con instrumentos y por la "fuerza", dañando los bienes jurídicamente protegidos de la víctima y por omisión cuando el descuido y la privación conllevan al daño señalado.
La violencia no es sólo física sino también psíquica a través de la utilización irracional de la fuerza no sólo en los Actos sino también en las palabras o en la expresión del pensamiento que en un orden extremo en casos límite como los que se presentan en este sistema de crisis conduce al poder coercitivo. Con la forma de un castigo muy particular como la amenaza y la manipulación, pudiendo llegar a doblegar la voluntad de la persona hasta convertirla en un mártir en las últimas situaciones que prefiere la muerte buscando la esperanza o salida en su Dios.
Ese daño puede ser:
• Físico
• Psicológico o emocional
• Patrimonial
• En nuestros derechos.
Violencia significa:
• Forzar o violar.
• Hacer uso de la fuerza, del ejercicio del poder para producir daño.
• Intentar anular la autonomía y la voluntad del otro.
Sin embargo esta ausencia deja marcas que en el futuro se manifestarán a través de conductas de aislamiento, inseguridad, imposibilidad de afrontar situaciones críticas, angustias, etcétera.
Los actos de violencia son una especie de expresión ritual de las relaciones de poder: dominante –dominado, poderoso– impotente, activo –pasivo, masculino– femenino. Para comprender los pares antitéticos mencionados es necesario definir el poder y la obediencia.
Perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario. Recelo o aprensión que uno tiene que le suceda una cosa contraria a lo que desea. El que, imponiéndose a la voluntad de uno, con la amenaza de un mal igual o mayor, le impulsa a uno a cometer un delito, es eximente de responsabilidad criminal.
El miedo no es patrimonio exclusivo de las víctimas, si no que los delincuentes también desarrollan sus acciones con significativos miedos (que aparezcan fuerzas de seguridad, de ser atrapado posteriormente y reconocido teniendo que purgar una merecida pena, que algo salga mal pudiendo ser lesionado o de perder la vida, que la víctima reacciones pidiendo auxilio o que este armada y repela la agresión, etcétera).
El miedo puede producir básicamente dos reacciones extremas:
• Paralización.
• Agresión incontrolable en busca de defenderse.
Los síntomas de que tenemos miedo son:
• Contracción el estómago y del recto.
• Aceleración de las palpitaciones del corazón.
• Sensación de frío.
• Transpiración.
• Dilatación de pupilas.
• Agudización de la audición.
Lo importante del miedo está en mantener el control de espíritu y proceder racionalmente en las situaciones críticas. De nada ayuda la paralización y la reacción debe hacerse muy meditadamente, dado que podemos tener consecuencias indeseables.
Lo primero que debemos hacer es reconocer que tenemos miedo, lo que acrecentará nuestra atención ante el incidente y así podremos alcanzar la serenidad pudiendo también tratar de calmar a nuestros agresores.
Antecedentes
En 1913, Freud escribió que el psicoanálisis “fue desde el principio una psicología genética orientada a rastrear los procesos evolutivos” (pp. 182-183). Rapaport y Gill (1959) comentaron que “El punto de vista genético demanda que la explicación psicoanalítica de cualquier fenómeno psicológico incluya proposiciones relativas a su origen psicológico y a su desarrollo”
El punto de vista genético, por tanto, conecta el pasado y el presente 9. Suponemos que debemos explorar en la dirección indicada por cuestiones como ¿Dónde se originó un suceso psicológico y cómo se ha desarrollado? La perspectiva genética contiene la suposición, tomada de la fisiología y la embriología, de que los primeros sucesos, si bien están sujetos a lo que Abraham (1977) denominaba transformaciones, permanecen activos de forma latente y tienden a tener las más vastas consecuencias. (Creo que fue Karl Abraham quien utilizó la metáfora del contraste entre las consecuencias de clavar un alfiler en un embrión y en un adulto). Es más, el punto de vista genético incluye las funciones físicas (afectos, pensamiento, pulsiones, defensas, situaciones de peligro, etc.) y las estructuras psíquicas (yo, ello y superyó).
Conclusiones
La psicología, definida como una ciencia de las conductas, comprende el estudio de los comportamientos y de sus significaciones. Las significaciones no son más que parcialmente conscientes (motivaciones), y su estudio se ve llevado muchas veces a darles un sentido a través de los dinamismos afectivos parcialmente inconscientes. Tanto si se trata de individuos como de grupos, la aclaración de las significaciones, sin interpretaciones arbitrarias, es la tarea más difícil de la psicología.
Las necesidades son impulsos irresistibles que se tienen que satisfacer, ya sean de tipo fisiológico o psicológico. De igual manera las emociones son causadas por impresiones de los sentidos y también puedes ser fisiológicas o psicológicas, pero a diferencia de las necesidades, las emociones son experiencias que no tienen que satisfacerse de manera obligatoria para sentir una plenitud de los sentidos en forma inmediata, pero las podríamos definir como un motor que nos motiva pero que no podemos controlar completamente.
En contraparte, los sucesos psicológicos son acontecimientos o experiencias delirantes que pueden desencadenar otros sucesos en el futuro, como puede ser la violencia física o psíquica, que por un simple acto violento en el pasado desencadenara posibles actos violentos en futuro.
Los sucesos psicológicos pueden estar relacionados con las emociones ya que las conmociones orgánicas causadas por las impresiones de los sentidos, ideas o recuerdos, pueden derivar en actos o sucesos psicológicos delirantes que a su vez producen otras, ya que las emociones pueden alterar nuestros sentidos de manera física o psicológica a tal grado de llegar a cometer algún tipo de acto o suceso psicológico, producto de esa emoción.