VOLUMEN: XI  NÚMERO: 31

LA MEMORIA EVALUADA A TRAVÉS DE LA BATERÍA LURIA-DNA

Esperanza Bausela Herreras

 

1. Introducción

 

Los Doctores Manga y Ramos crean a principios del siglo XXI la batería Luria-DNA, siendo desarrollada a partir del material de Luria organizado y sistematizado por su discípula Anne Christensen (1987). Las características de esta batería, son según los propios autores:  (i) Es una batería sensible y aporta resultados interpretables. Es sensible ya que permite detectar los diferentes cambios en las funciones cognitivas que se corresponden con zonas corticales diferenciadas, en uno u otro hemisferio. (ii) En esta situación, el patrón neuropsicológico de ejecución, conocido como perfil neuropsicológico, permite la comparación del rendimiento de un individuo con el de un grupo normativo, o el rendimiento de dos grupos entre sí. Igualmente dentro de un mismo perfil neuropsicológico se podrán comparar los resultados obtenidos en el área verbal con los obtenidos en el área visoespacial, como también se podrán comparar las habilidades verbales receptivas con las expresivas, las de un tipo de memoria o las de un tipo de proceso intelectual con otro tipo de proceso intelectual. Ya ha probado ser útil estudiando el deterioro neuropsicológico producido por abuso de drogas (Sanz, 1997), así como también en la evaluación del deterioro neuropsicológico como consecuencia de daño cerebral, frontal y extrafrontal (Gutiérrez, 2005). (iii) Se caracteriza, además, por ser una batería cuantitativa – cualitativa. Los neuropsicólogos más experimentados, en palabras de Lezak, se apoyan tanto en métodos clínicos como psicométricos en su trabajo profesional. La utilización de tests estandarizados proporciona la objetividad necesaria, permite al examinador comparar las respuestas de un paciente con sujetos normales de la misma edad y nivel educativo o con puntuaciones del propio paciente obtenidas con anterioridad; también, genera datos psicométricos que pueden fácilmente comunicarse a otros profesionales, o incluso usarse como investigación. Y, (iv) Los resultados de la batería no solamente se utilizan con fines diagnósticos, sino que también son muy útiles para elaborar programas de rehabilitación y seleccionar estrategias de intervención.

Su principal objetivo es analizar neuropsicológicamente los procesos superiores en adultos, permitiendo explorar de forma sistemática una completa gama de funciones y habilidades, a través de los 81 ítems distribuidos en ocho subtests: (i) Área Visoespacial (Percepción Visual y Orientación Espacial), (ii) Área de Lenguaje (Habla Receptiva y Habla Expresiva), (iii) Área de Memoria (Memoria Inmediata y Memoria Lógica) y (iv) Área de Procesos Intelectuales (Dibujos Temáticos y Textos y Actividad Conceptual y Discursiva). Seguidamente nos vamos a centrar en analizar una función que esta implícita, los procesos de planificación, y dos dimensiones que son evaluables explícitamente: control atencional y memoria. La elección de estas dimensiones no ha sido aleatoria, sino por su estrecha vinculación con la función ejecutiva.

 

2. Memoria

 

La memoria de trabajo es uno de los componentes integrados en la función ejecutiva, según Tirapu y Muñoz (2005), entendiendo éste como la capacidad para mantener “on line” la orientación adecuación de los recursos atencionales, inhibición de respuestas inapropiadas en determinadas circunstancias y la monitorización de la conducta en referencia a estados motivacionales y emocionales del organismo (v.g. Dalmas, 1993; Luria, 1979; Ruiz, 1991, 2002).

La investigación de la memoria en esta batería incluye el estudio del proceso de aprendizaje, retención y recuperación y memoria lógica. El aspecto más importante es, según Christensen (1987) es el análisis de la manera de incrementar el volumen de material retenido, de la influencia del nivel de aspiración y de la reacción ante los errores, razón esta por la que nos vamos a detener en la llamada curva de aprendizaje, desarrollada por Christensen (1987).

 

2.1 Curva de Aprendizaje de Luria

Las curvas de aprendizaje son procedimientos habitualmente utilizados con el objeto de estudiar la relación entre edad, memoria y procesos de aprendizaje (Ver Benedet, Martínez y Alejandre, 1998). Esta curva de aprendizaje ha servido de inspiración y ha sido incluida en diversas baterías neuropsicológicas: Batería Luria – DNA desarrollada por los profesores Manga y Ramos (2000) y la batería Luria DNI (Manga y Ramos, 1991), previamente había sido incluida en las formas I y II de la batería Luria Nebraska y más recientemente es utilizada por León-Carrión y Domínguez (2002) como una prueba de memoria, aisladamente, en estudios con pacientes de daño cerebral y en población infantil Leon-Carrión, Barroso, Calvo y Hernández (1993), también lo han incluido dentro de la batería neuropsicológica desarrollada por León-Carrión (1997).

La curva de Luria consta de una serie de diez palabras que al sujeto se le presentan una serie de veces, y los datos que se observan se presentan en curva de memoria, siendo administrada la prueba sin entonación especial y guardando la misma cadencia. Una vez recitada por el administrador la serie de palabras, el sujeto ha de especificar cuantas palabras cree que va a recordar, para luego repetir la serie leída en el orden que él recuerde y hasta donde pueda hacerlo. El procedimiento se repite durante cinco o más ensayos en la batería Luria – DNA.

En la curva de aprendizaje desarrollada por Luria y operacionalizada por su discípula Christensen en 1987, el aspecto más importante es el análisis de los métodos utilizados, la manera de incrementar el volumen del material retenido, la influencia del nivel de aspiración y de la reacción ante los errores.

(i)                 Se le presentan al paciente un conjunto de palabras completamente inconexas, que son demasiadas para memorizar, normalmente diez o doce palabras. Se le pide que memorice esta serie y que la reproduzca en cualquier orden. Después de que ha escrito lo elementos que ha podido retener se le presenta otra vez la serie y se recogen de nuevo los resultados. Se repite el mismo procedimiento como mucho diez veces, los resultados se van anotan en una curva de memoria. Durante la memorización se pregunta al paciente cuántas palabras será capaz de memorizar cuando se repita la serie de nuevo. Las respuestas se comparan en la curva con los resultados actuales.

(ii)               En una variante del test se utilizan números en lugar de palabras (normalmente ocho o diez).

A lo largo de la prueba se observa si el paciente se esfuerza en prender las palabras en un orden particular, prestando atención cada vez a las palabras que no pudo recordar la vez anterior. Comete pocos errores y no repite el mismo error varias veces sucesivas. Sin embargo, aprende despacio y no puede memorizar más de cinco series palabras. Una peculiar característica de su alcance limitado puede ser su capacidad para reproducir un grupo de palabras que se le presente de nuevo, pero perdiendo, sien embargo, al hacerlo el grupo memorizado anteriormente. La persona se fatiga fácilmente, después de la cuarta o quinta repetición, la ejecución declina. La persona no evalúa su actuación de forma realista: es incapaz de predecir cuántos elementos de la serie será capaz de repetir. Puede continuar repitiendo inertemente un número bajo; incluso después de haber demostrado que sus resultados reales son superiores. Repite las palabras de forma aleatoria, y no presta especial atención a las palabras que recordaba anteriormente. La serie que continúa repitiendo puede ser estereotipada, así como los errores. Un análisis de esta prueba nos puede estar indicando lesión en los lóbulos frontales.

Los numerosos trabajos – en el campo de la memoria (v.g. Ruiz, 1991, 2002) – sobre recuerdo libre han puesto de manifiesto que las curvas de posición serial (que representan la probabilidad del recuerdo individual de los ítems frente a su orden de presentación) indican que los primeros y los últimos ítems son más fáciles de recordar (Robinson y Brown, 1926). A la probabilidad aumentada de recordar los ítems del comienzo de la lista se ha llamado “efecto primacía” y al incremento similar en el recuerdo del final de la lista se ha llamado “efecto de recencia”. El primero se considera que refleja procesos controlados de nivel superior, mientras que el segundo se atribuye a la memoria a corto plazo.

Ballesteros (1997, 2001) y Ballesteros y García (1998) nos explican exhaustivamente qué ocurre cuando se pide a alguien que repita, en el orden que desee, una serie de elementos superior a la que puede retener en la Memoria a Corto Plazo. En esta situación, según estas investigadoras, puede ocurrir que la persona sea capaz de aumentar la capacidad de su memoria inmediata mediante un fenómeno conocido como “agrupamiento”, de esta manera se puede extender la Memoria a Corto Plazo por encima de su capacidad para almacenar elementos no relacionados entre sí. Cuando la persona no encuentra una relación que le permite realizar este agrupamiento, recordará bastante bien los primeros elementos de la serie (efecto primacía), muy mal los elementos centrales, y mucho mejor los últimos elementos de la serie (efecto recencia). El efecto primacía parece deberse a que se presta mayor atención y se repiten más los elementos presentados al principio de la lista. Cuando se presenta un elemento, intentamos repetirlo hasta que se presenta el segundo elemento de la lista. Cuando aparece un nuevo elemento, tratamos de retenerlo, pero a la vez intentamos repetir los elementos anteriores. El efecto de primacía se explica por la mayor repetición de los primeros elementos de la serie (Rundus, 1971) que indica los elementos que han sido transferidos a la Memoria a Largo Plazo. Los últimos elementos de la serie todavía están contenidos en la Memoria a Corto Plazo, por lo que presentarán una elevada probabilidad de ser recordados. La explicación que se ha dado a este efecto, según Ballesteros (1997), desde la mitad de los años setenta, es que los últimos elementos de la serie se recuerdan mejor porque están contenidos en la Memoria a Corto Plazo (Waugh y Norman, 1965). Los elementos intermedios de la serie se perderán en su mayor parte, debido a su menor probabilidad de repetición. Por eso, no serán transferidos a la memoria permanente, porque habrán sido desplazados de la Memoria a Corto Plazo (de capacidad limitada) por los elementos que siguieron en la presentación. Los resultados de la curva de posición serial sirvieron a los anteriores investigadores para proponer que en tareas de recuerdo libre se manifiesta la existencia de dos almacenes diferentes de memoria.

Para Luria (1986) esta prueba permite valorar tanto el resultado general (número de elementos de la serie retenidos y cantidad de repeticiones necesarias para el aprendizaje total de los mismos), como el carácter de la misma (su rápido accenso, la existencia de oscilaciones...) y la estabilidad del orden con que el sujeto ha reproducido las palabras (esto último da la posibilidad de establecer tanto las peculiaridades de “estrategia” de la actividad mnémica del sujeto como, también, la presencia del “factor externo” al que antes nos hemos referido) (Luria, 1986).

 

2.2. Escalas de Wechsler de Memoria e Inteligencia          

 

La escala de Inteligencia Wechsler para adultos (The Weschler Adult Intelligence Scale, Third Edition) (Wechsler, 1999a) y la Escala Weschler de Memoria Tercera Edición (Wechlser Memory Scale Third Edition) (Wechsler, 1999b) (en la versión americana, se publican en el año 1997 las escalas de inteligencia y de memoria) son dos de las pruebas más comunes de inteligencia y memoria usadas tanto en el ámbito clínico como en el ámbito de la neuropsicología (Tulsky y Ledbetter, 2000).

Han sido diversas las investigaciones que han analizado y comparado ambas baterías     (Axelrod, 2001; Iverson, 2001). Tratando de establecer una paralelismos entre el CI intelectual y el CI Memorístico.

Con relación a estos instrumentos se hallaron correlaciones entre los índices Auditivo y Visual del WMS – III y los CIV y CIM estando en la línea de lo esperado. Este patrón de relaciones entre los índices auditivos del WMS–III y el CV del WAIS–III y entre los índices visuales del WMS–III y el factor Organización Perceptiva del WAIS–III tienen una magnitud mayor que entre otras relaciones, con una excepción: el índice Auditivo Mediato tienen igual relación con el factor Comprensión Verbal que con el factor Organización Perceptiva. Todos los índices del WMS–III tienen una relación moderada con el factor Velocidad de Procesamiento del WAIS – III, con coeficientes que varían entre un 0.35 (Visión Inmediata) y 0.35 (Memoria de Trabajo). La elevada relación entre la Memoria de Trabajo del WMS – III y la del WAIS–III era esperable (0.82), porque es un constructo similar compartido por ambos instrumentos. Las relaciones entre ese índice del WMS – III y las otras medidas del WAIS – III son moderadas, entre 0.51 (el índice Comprensión Verbal) y 0.68 (Escala CIT). El patrón de relaciones con las medidas de memoria auditiva es mayor con las pruebas verbales, mientras que la de memoria visual es mayor con las manipulativas y esto se puede tomar como un índice de validez convergente y divergente. La magnitud de las relaciones observadas entre las medidas de memoria y los CI sugieren que, a pesar de ser instrumentos relacionados, está midiendo constructos diferentes.

Migoya, Zimmerman y Golden (2000) y Tulsky y Price (2003) han investigado la estructura subyacente en ambas pruebas, ya que se sospecha que existe una estructura factorial que une ambas pruebas. Lloyd, Goldberg, Dahmer – White y Jonson (2000) encuentran correlaciones altas (r= 0.821, p < 0.01) entre ambas escalas en población clínica. La Escala Wechsler de Memoria (WMS) no discrimina bien entre sujetos normales y sujetos con lesiones cerebrales (Prigatano, 1978). En la Escala Wechsler de Memoria–Revisada (WMS–R) existe una sobreestimación en el funcionamiento en sujetos con marcados trastornos mnésicos.

 

 

3. Conclusiones

 

En este artículo nos hemos centrado en una dimensión que es susceptible de ser evaluadas a través de la batería neuropsicológica la memoria, tanto inmediata como memoria a corto plazo. Paralelamente hemos ido exponiendo diversos instrumentos, que nos pueden ayudar a completar la información obtenida con esta batería. Aunque es posible una aplicación aislada de estos subtests, abogamos por una aplicación integra de esta batería, dado el reducido periodo de tiempo en su aplicación, permitiendo la obtención de un perfil neuropsicológico lo más amplio y comprensible posible del paciente. La información obtenida en el subtests de Luria, puede ser complementada con la Escala de Memoria de Wechser y con el factor Memoria de Trabajo de la escala Wechsler de Inteligencia (WAIS-III), siendo éste el objetivo de futuros trabajos empíricos.

 

4. Referencias Bibliográficas

 

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