VOLUMEN: 4 NÚMERO: 8-9

Recensión de:

"La Resistencia"
Ernesto Sabato (2000)
 Seix Barrel Editores

por

Ricardo Ramírez Suárez
Asociación Colombiana de estudios urbano regionales (Colombia)

 

 


    Considero que una de las enseñanzas de la obra La resistencia de uno de los grandes escritores contemporáneos como lo es Ernesto Sábato a manera de crítica persuasiva, es subrayar que es difícil valorar las consecuencias de los actos, puesto que no hay seguridad para predecir si una acción pequeña tendrá grandes consecuencias.

    Cada vez que vamos a hacer algo, juzgamos si será o no conveniente hacer eso, cada vez que hemos hecho algo u otros lo han hecho, juzgamos si fue apropiada esa acción, nuestra naturaleza humana, nos guía a lo que de natural nos es provechoso. A todo acto cuyas consecuencias sean provechosas para algunos, se le considera valioso y a la propiedad de ser conveniente, bueno o útil se le llama valor.

    La rama de la Filosofía que se encarga de estudiar los valores, es la Axiología, y de acuerdo a ella el valor puede definirse como: "propiedad aplicable a todo lo que beneficia, mejora, dignifica el que hacer del hombre".

    Se habla de valor para indicar la utilidad o precio de los bienes materiales, o el mérito o dignidad de las personas. Cicerón define el valor como: "Lo conforme a la naturaleza o lo digno de elección" Por mucho tiempo el valor se identificó con el Bien. Sin embargo, los valores no son cosas, ni elementos de las cosas, sino propiedades, cualidades sui-generis que poseen ciertos objetos llamados bienes.

    La universalidad del valor se da en la posibilidad de elección y de su ejecución. Es precisamente la relación entre valor y situación, lo que los hace inmutables a pesar del tiempo y las circunstancias. Lo que nos ha permitido como especie poder evolucionar y mantener convivencia más o menos armoniosa por grandes períodos de tiempo.

    Desde la época de los ancestrales griegos se trataba de establecer algún parámetro para las acciones valiosas y deseables con el fin de regular una convivencia justa, armoniosa y que permita al ser humano, desarrollar y perfeccionar las facultades intelectuales y morales por medio de conceptos y valores que les ayuden a ser aptos en la vida, afinando sus sentidos; el logro de su forma completa o perfecta.

    De hecho actualmente, la única forma de reconstruir el tejido familiar, y por lo tanto el social, es a través de los valores, los valores que desde la época presocrática han dado identidad, seguridad y confianza a las personas.

    Ernesto Sabato lanza en este sentido un mensaje esperanzado en el océano de   individualismo y pobreza existencial en el que navegamos por estos   tiempos. Y su palabra es un llamado a la capacidad de resistir, tal como lo manifiesta en la siguiente frase:

Les pido que nos detengamos a pensar en la grandeza a la que todavía  podemos aspirar si nos atrevemos a valorar la vida de otra manera. Nos  pido ese coraje que nos sitúa en la verdadera dimensión del hombre.”

    Sabato nos recalca que la razón se utiliza para demostrar teoremas o fabricar aparatos. Argumenta además que el alma del ser humano en lo más profundo, no está para esas cosas.

    Entonces la pregunta es ¿cómo resistir? “Estamos a tiempo de revertir este abandono y esta masacre. Esta convicción ha de poseernos hasta  el compromiso... El ser humano sabe hacer de los obstáculos nuevos caminos porque a la vida le basta el espacio de una grieta para renacer.”

    Presenciamos una luz que nos da la pauta para abrir los ojos para revelarnos la clase de monstruo que habíamos engendrado y criado orgullosamente.

    A cada hora el poder del mundo se concentra y se globaliza, las multinacionales dominan el mundo. Países en la miseria a la par de altos niveles tecnológicos, posibilidades de vida asombrosas en contraste con la abundante pobreza.

    La queja también se evidencia en la dificultad de encontrar originalidad en las personas y un idéntico proceso se cumple en los pueblos.

    Las transformaciones actuales de la economía y de la tecnología relativas a la mundialización traen consigo la producción de un nuevo modo de articulación que se puede identificar como la simultaneidad tiempo-espacio, esto es, la posibilidad de que en diferentes partes de la superficie terrestre ocurran fenómenos interrelacionados. Es evidente que eso está íntimamente relacionado con las innovaciones tecnológicas.

    De hecho, se pueden identificar tipos principales de formas de articulación entre tiempo y espacio, cada una de las cuales corresponde a cierta relación entre “sociedad y tecnología” como base material para la apropiación del espacio. El espacio-tiempo corresponde justamente a la capacidad de los sujetos sociales de usar el espacio, de insertarlo en su encadenamiento personal o societario de tiempos parciales. De ese modo, los sujetos individualizan el espacio, se apropian de él y lo obligan a transmitirle un valor que se integra a su actividad, en cuanto en los cálculos tradicionales no se reconozca como tal el papel del espacio en la formación del valor de los bienes o servicios.

    Así, cada apropiación del espacio implica una nueva atribución de coherencia, de una nueva lógica que adquiere contenido con un devenir social específico, en el cual se tejen lo individual y lo colectivo. El espacio se transforma al transformarse la sociedad, y en cada una de esas transformaciones está involucrada una atribución de una temporalidad particular que es la que vive la sociedad particular en un momento determinado.

    Por eso, en contextos de cambio, cuando un grupo social se apropia de un espacio determinado, no sólo se transforma en un espacio social que expresa esa sociedad particular, a partir del uso que le hace, como construye un espacio-tiempo que es diferente de aquel que otra sociedad hubiese podido construir; ese espacio-tiempo es una manifestación de la racionalidad de movimiento en esa sociedad. Así, apropiarse de un espacio es reconstruir su lógica temporal, y reactivar un mecanismo de articulación entre un tiempo y un espacio, diferente del anterior.

    Es en ese sentido que parece bastante difícil poder construir modelos espacio-temporales muy genéricos, debido a que es bien grande la heterogeneidad de formas de apropiación del espacio y del tiempo en diferentes contextos societarios, en distintos períodos de la historia.

    Entre tanto, las recientes transformaciones de la economía mundial en la fase actual del desarrollo capitalista dejan entrever una nueva racionalidad del “movimiento”, nuevas formas espacio-temporales, construidas con base en nuevas articulaciones entre espacio y tiempo, resultantes de nuevas formas de apropiación del espacio por los grupos sociales, siempre mediados por los productos tecnológicos. La total asimetría en el acceso a los bienes productivos socialmente esta terminando con la clase media, y el sufrimiento de millones de seres humanos que viven en la miseria está permanentemente. Esta crisis es toda una concepción del mundo y de la vida basada en la supervaloración de la técnica y en la explotación del hombre.

    Además de implicar la existencia de desigualdades sociales de diversa índole, el entender a las relaciones y la estructura social como motor y clave de la organización del territorio, implica en si mismo la realidad de que en el interior de toda sociedad existirán individuos y grupos con diversa capacidad para materializar en el espacio sus intereses deseos y valores. Si bien es cierto que toda persona, por el hecho de residir en un lugar, desplazarse, consumir ciertos bienes, entre otras muchas actividades, toma decisiones de carácter geográfico que inciden sobre la organización global del territorio, tampoco puede ignorarse que, el papel que desempeñan en ámbitos reducidos por lo cual se supone que su protagonismo es limitado.

    Mayor influencia ejercen, los propietarios del suelo, o de los medios de producción como sujetos activos que construyen de forma directa el territorio en donde la decisión tomada por un empresario industrial de instalar o cerrar su fabrica en un determinado lugar puede ser con base en una serie de actuaciones significativas en tal sentido. Esta crisis es toda una concepción del mundo  basada en la supervaloración de la técnica y en la explotación del hombre.

 

Conclusión

    Considero que escritos como La resistencia nos permite comprender los símbolos que  se abisman entre uno y el universo: la incomunicación, el culto a sí  mismo, la reverencia a los dioses de los medios de comunicación, el trabajo deshumanizado, el imperio de la máquina sobre el ser, el sometimiento y la masificación, el creciente sentimiento de orfandad, la competencia  feroz y el vértigo apocalíptico en el que toda posibilidad de diálogo desaparece.

    A su vez es un clamor para promover una revolución desde el ser, adquiriendo firmeza en los valores de carácter comunitario y de solidaridad. De igual forma sobresale como reflexión del mismo mensaje no llegar a extremos de sumisión en valores que cohiban la emancipación por un nuevo ideal.

 


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