VOLUMEN: VIII NÚMERO:
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La importancia del campo de las emociones en el ser humano ha ido aumentando en el campo de la Psicología y la Psicoterapia, pasando a convertirse en un área de estudio, teorización y experimentación de primer orden.
La investigación y el estudio de las emociones comporta la adopción de un criterio o punto de vista epistemológico en lo que a su conceptualización y proceso se refiere.
Para Greenberg (1998): “Las emociones son un hecho empírico, tanto experiencial como científicamente.” (pág. 9).
El papel que las emociones desempeñan en la dinámica personal y existencial de la persona ha de clarificarse en lo que a su incidencia se refiere
Aquí adoptaremos la perspectiva de Greenberg (1994) cuando afirma “Las emociones nos movilizan y nos informan, y cuando se integran con la razón, nos hacen más sabios de lo que somos cuando utilizamos sólo nuestro intelecto.” (pág. 9)
Dado que uno de los objetivos del presente escrito es el dar soporte a los modos de intervenir en Psicoterapia, conviene que tengamos claro que en el proceso terapéutico las emociones son un ingrediente esencial.
Según sostiene Greenberg (1994): “La emoción constituye la base tanto de la experiencia como del significado personal.(...) El trabajo con las emociones resulta pues central para la psicoterapia.
(...)Trabajar con las emociones del cliente abarca tanto la empatía, la validación y la relación, como la focalización continua en el acceso y reorganización de la experiencia emocional, los cuales constituyen los ingredientes centrales de la eficacia psicoterapéutica.” (pág. 10 y sgtes.)
Como punto de partida tomaremos el concepto que Greenberg (1994) propone de “esquema emocional” el cuál formula como: “Un conjunto de principios de organización, que se construyen a partir del repertorio de respuestas innatas del individuo, así como de su experiencia pasada, los cuales interactúan con la situación de ese momento, dando lugar a la experiencia presente.”
La incidencia de los esquemas emocionales es crucial para poder entender la dinámica personal del paciente, así como para poder tener una idea clara, por parte del terapeuta, del significado y la importancia de lo que el paciente experimenta en cada momento.
Las características más destacables de los esquemas emocionales podemos resumirlas como sigue:
ü Son altamente personales e idiosincrásicos, cargados de recuerdos emocionales, esperanzas, expectativas, miedos y conocimientos obtenidos a través de las experiencias vividas.
ü No se basan únicamente en la emoción, implican una síntesis compleja de afecto, cognición, motivación y acción.
ü Influyen profundamente sobre la experiencia, la interacción y la conducta.
ü Contribuyen a las diferencias entre la experiencia personal y los hechos de la realidad externa.
La conclusión que podemos extraer es que nos encontramos con un constructo que explica y sostiene algo con lo que nos encontramos frecuentemente en Psicoterapia: La realidad y la conciencia personal son más el resultado de las emociones que del pensamiento o de la racionalidad. (Greenberg, 1994. pág. 17)
Las emociones proporcionan una fuente rica de información sobre nuestras reacciones ante las situaciones.
Es lógico entonces dar un paso más y centrarnos en el otro ámbito que proponemos integrar con lo hasta ahora expuesto, el Ciclo de la Experiencia.
Para la Terapia Gestalt, el llamado Ciclo de la Experiencia es el núcleo básico de la vida humana, dado que ésta no es más que la sucesión interminable de ciclos. También se le conoce como el "Ciclo de la autorregulación organísmica", pues se considera que el organismo sabe lo que le conviene y tiende a regularse por sí mismo.
El Ciclo de la Experiencia es un modelo formal para conceptualizar la realidad, es una división teórica de algo que es continuo y siempre cambiante y como tal se ha de entender, parte de la idea de proceso y de la idea de polaridad (pasivo/activo). Según este modelo cada fase es un recorrido, no un punto. Los elementos corporal, racional, emocional e intuitivo se sitúan simultáneamente en cada fase del ciclo. Se trataría de ir centrando la atención en cada uno de estos cuatro elementos en las distintas fases del ciclo. Salama, H. (1998).
La finalidad del diseño del ciclo es presentar de forma didáctica, cómo la energía del organismo, procedente de las emociones parte de una fase de equilibrio (indiferenciación creativa) hasta retornar nuevamente al reposo, pasando por diferentes fases. Es un proceso dirigido a obtener la satisfacción final de la necesidad a que da lugar la movilización emocional y a identificar los bloqueos que puedan presentarse.
El ciclo de la experiencia está diseñado como un círculo que representa al organismo. Se puede entender como un camino que la energía, promovida por las emociones, recorre desde un punto de equilibrio dinámico (homeostasis) hasta llegar a otro momento de equilibrio diferente al anterior por el crecimiento que implica el haber satisfecho la necesidad.
Este ciclo de realización es válido para toda persona sana, para todo grupo sano. Se desarrolla con flexibilidad e ininterrumpidamente. Cuando un individuo tiene mala salud física, psíquica, emotiva o social, se constatan bloqueos, resistencias, impasses, ausencias o interrupciones que conducen a insatisfacciones, imposibilidades, incapacidades de crecimiento enriquecedor.
La conceptualización de este ciclo pretende reproducir cómo los sujetos establecen contacto con su entorno y consigo mismos. Explica también el proceso de formación figura/fondo: cómo surgen las figuras de entre el fondo difuso, y cómo una vez satisfecha la necesidad dicha figura vuelve a desaparecer.
El ciclo de la experiencia se inicia cuando el organismo, estando en reposo, siente emerger en sí alguna emoción; el sujeto toma conciencia de ella e identifica en su espacio algún elemento u objeto que la satisface, vale decir, que dicho elemento se convierte en figura, destacando sobre los demás que son el fondo. Acto seguido, el organismo moviliza sus energías para alcanzar el objeto deseado hasta que entra en contacto con él, satisface la necesidad y vuelve a entrar en reposo nuevamente.
Para una mejor comprensión, exponemos a continuación las fases del Ciclo de la experiencia a las cuales hemos incorporado en cursiva conceptos procedentes del modelo propuesto por Greenberg (1994)
Una parte significativa de codificación de nuestra experiencia se produce a un nivel no verbal, y tiene que ver más con el ser y el hacer que con el conocimiento conceptual consciente.
Significa una experiencia sensorial del mundo. Proviene de los datos captados por los sentidos, es a partir de donde comenzamos a organizar nuestra actuación.
Claramente influidos por las capacidades sensoriales existen dos categorías:
1. Los sentidos orientados hacia lo interno del Self:
2. Los sentidos orientados hacia la interacción de nuestro medio.
Las emociones son experiencias que implican la integración de muchos niveles de procesamiento.
Las emociones dan significado personal a nuestra experiencia.
Gracias a esta toma de conciencia (comprensión, conocimiento, concepto, juicio...) se manifiesta una mayor lucidez de las sensaciones, estás atento, descubres, nombras, constatas y comprendes sensorialmente lo que se vive en ti y eso te estimula.
En este segundo proceso, la función de la conciencia es ayudar al organismo a orientarse y a actuar.
Se trata de “toma de conciencia” y no de “prestar atención”, mientras que la primera es inclusiva e incluye varias percepciones, la segundas es exclusiva. La atención se fija exclusivamente sobre una cosa, la toma de conciencia es diferente, incluye diferentes percepciones, no es exclusiva, no es prestar atención, es estar atento, es ser consciente, simplemente.
Los centros emocionales del cerebro reciben y procesan la información de entrada antes de que lo hagan los centros responsables de la toma de decisiones y planificación, los cuales, para e momento en que procesan esta misma información, ya han sido orientados de un modo concreto a partir de la información que aportan los centros emocionales. Lo afectivo establece los problemas para lo cognitivo.
Las emociones nos informan de aquello que nos es significativo, aquello por lo que estamos interesados, establecen las metas.
Las emociones son el resultado de un proceso de construcción complejo que sintetiza muchos niveles de procesamiento de la información.
Las emociones sirven como base de funcionamiento de la conciencia.
Las personas organizan constantemente su experiencia de modos que son particulares, integrando si aprendizaje cultural con su sensación emocional como seres humanos, para llegar a crear un significado nuevo.
Una vez que he atendido la señal emocional, comienzo el proceso de reflexión consciente sobre mi experiencia y a reorganizar mi vida.
Necesito ser capaz de tolerar mis sentimientos, integrarlos dentro de mi sensación de si-mismo, atenderlos, utilizarlos como señales.
Es la primera fase observable para los otros.
Cuando he recibido la señal de que todo encaja, paso a la acción.
De este modo es como las emociones motivan y guían las acciones y establecen los problemas para que los resuelva la razón.
Las emociones regulan nuestra atención, controlan el entorno, buscan los acontecimientos que son relevantes para la adaptación y alertan a nuestra conciencia cuando éstos se producen.
Es conectar con el proceso que nos va a llevar a resolver la acción.
La emoción tiene que ver fundamentalmente con la motivación y la acción, mientras que la cognición está relacionada con el conocimiento y conlleva al análisis de la situación y la decisión de la acción.
Estar en contacto es sentir lo que nos rodea diferenciado de uno. Es estar uno mismo con el otro. Es el encuentro de las diferencias.
La necesidad de que una acción llegue a su culminación para que la emoción se vea satisfecha es una condición indispensable para que el flujo de la experiencia emocional no se vea interrumpido, dando lugar a bloqueos y situaciones inconclusas.
Las emociones no son entonces ni racionales, ni irracionales; más bien son adaptativas
Las emociones, automáticas o generadas deliberadamente, todas nos llevan a actual de modos que han sido diseñados para cambiar la relación organismo-entorno, de tal modo que la emoción no nos siga siendo necesaria.
Las emociones nos proporcionan información, el hecho de que atendamos a nuestras emociones se convierte en especialmente importante para la adaptación.
Al finalizar esta etapa se vuelve a obtener el estado de equilibrio momentáneo llamado también indiferenciación creativa, punto que identifica el nacimiento de una nueva emoción.
Expresado de forma esquemática:
La SENSACIÓN está focalizada en el SENTIR
La FORMACIÓN DE FIGURA en el PENSAR
La ENERGETIZACION en el PREPARAR
La ACCION en el ACTUAR
EL PRE-CONTACTO en el CONECTAR
El CON TACTO en el EXPERIEMENTAR
El POST-CONTACTO en el CONCLUIR
El REPOSO en el DESCANSAR
Llegados a este punto podemos concretar algunas de las conclusiones que se desprenden de lo expuesto hasta ahora:
Fase del Ciclo de la Experiencia |
Bloque específico de cada Fase |
REPOSO |
RETENCIÓN: “Luego lo hago” (Cuando la persona evita concluir con el asunto pendiente dejándolo para después). |
SENSACIÓN |
DESENSIBILIZACIÓN: “No siento” (el individuo asume que no tiene sensaciones en un momento en que es obvio que las sienta) |
FORMACIÓN DE FIGURA |
PROYECCIÓN: “Por culpa de” (cuando el cliente no se responsabiliza de lo que le es propio) |
ENERGETIZACIÓN |
INTROYECCIÓN: “Debería” (El paciente no se responsabiliza de lo que no le es propio) |
ACCIÓN |
RETROFLEXIÓN: “Me aguanto” (se descarga la energía en sí mismo, en lugar de dirigirla hacia fuera) |
PRE-CONTACTO |
DEFLEXIÓN: “Lo evito” (la persona se dirige a un objeto relacional alterno, en lugar de enfrentar el satisfactor verdadero) |
CONTACTO |
CONFLUENCIA: “Lo que quieras” (la acción es asumida sin tomar en cuenta sus intereses personales) |
POST-CONTACTO |
FIJACIÓN: “No puedo dejar de...” ( puede referirse a sentimiento, pensamiento o acción en el que el sujeto no se despega de lo que ya ha pasado) |
Bibliografía
Greenberg, L. S. y Paivio, S.C. (2000) Trabajar con las emociones en Psicoterapia. Barcelona. Piados. (Original, 1997)
Perls, F. (1973) El enfoque gestáltico y Testimonios de Terapia. Santiago de Chile. Cuatro Vientos. 1976.
Perls, L. (1992) Viviendo en los límites. Valencia. Promolibro. 1994
Salama, H. (1994) Manual del Test de Psicodiagnóstico Gestalt de Salama. México, Centro Gestalt de México.1994. 3ª Edición.
Salama, H. (1998). Proceso y Metodología, 3ª Ed. México. Alfaomega
Schoch de Neuform, S. (2000) La relación dialógica en Terapia Gestalt. Libros CTP. Madrid 2.000
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