VOLUMEN: VIII NÚMERO:
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Centro de Investigaciones Médico-Quirúrgicas.
Profesor Instructor Adjunto a la Universidad de la Habana.
Investigador Agregado.
Servicio de Psicología.
Centro de Investigaciones Médico-Quirúrgicas.
Profesor Instructor Adjunto a la Universidad de la Habana.
Investigador Agregado.
La biorretroalimentación clínica, utiliza instrumentos electrónicos especializados para monitorear los procesos fisiológicos desapercibidos mientras ocurren. El entrenamiento en retroalimentación biológica nos familiariza con la actividad en diversos sistemas del organismo, para aprender a controlarlos, disminuir la tensión y mejorar la calidad de vida en general. Diversos paradigmas experimentales básicos (Martínez-Sánchez, Ortiz-Soria y Fernández-Castro, 1998; Steptoe, Cropley y Joekes, 1999; Clements y Turpin, 2000) estudian la relación existente entre las respuestas fisiológicas y los estados psicológicos, como por ejemplo, las medidas tradicionales de actividad electrodérmica y el índice de sudoración palmar ante estresores psicológicos. La generalidad de los resultados (Moya y Salvador, 1997) apunta a considerar a las diferentes modalidades de biorretroalimentación (conductancia de la piel, frecuencia cardíaca, temperatura, electromiografía) como indicadores de las respuestas vegetativas ante situaciones de estrés, capaces de reflejar hasta qué punto un estresor concreto produce un incremento de la activación autonómica e indicando posteriormente, cómo se reestablecen los valores originales a través del entrenamiento.
Material y métodos.
La muestra.
La muestra de este estudio estuvo compuesta por 34 pacientes que asistieron a la Consulta de Psicología del CIMEQ aquejados de estrés durante el 2003. Los pacientes fueron divididos aleatoriamente en dos grupos, en uno de los cuales se incluiría como parte del programa convencional de tratamiento para el manejo del estrés, el uso sistemático del perfil fisiológico.
Se tuvieron en cuenta como criterios de inclusión en el estudio, los siguientes:
Ø Participar de manera voluntaria y activa.
Ø No presentar patologías psiquiátricas ni antecedentes de las mismas.
Ø No presentar enfermedades médicas ni alteraciones orgánicas.
Ø Tener un nivel de escolaridad igual o superior a duodécimo grado que permita el trabajo adecuado con el perfil psicofisiológico.
Procedimientos.
Se realizaron 12 sesiones de tratamiento, una sesión por semana.
Antes de comenzar el tratamiento se aplicó una batería de pruebas psicológicas que incluyó una entrevista semiestructurada, el Cuestionario de Salud de Golberg ( versión de 12 items), la Escala de Trastornos del Sueño de Jenkins y el Test de ansiedad de Spielberger.
Al grupo que uso retroalimentación biológica, se le realizó adicionalmente, una evaluación psicofisiológica inicial para establecer la línea base (en las modalidades de electromiografía, temperatura y conductancia de la piel) y definir las metas fisiológicas.
La electromiografía superficial constituye un indicador de la tensión muscular en el área evaluada. Los sensores se colocaron en los músculos frontales, utilizando dos electrodos activos y uno de referencia entre ambos. Los valores óptimos referidos en la literatura (Sonomy County Medical Association, 1992; Bio Research Institute, 1999) para un músculo completamente relajado oscilan entre 0 y 2.0-2.5, un músculo contraído evoca una respuesta entre 2.5 y 6 microvolts, valores superiores a estos expresan de manera clara, niveles moderados y altos de tensión muscular. En este caso, establecimos como meta fisiológica un rango entre 2.5 y 4.5 microvolts.
La respuesta electrodermal se registró con dos sensores colocados con bandas elásticas en el primer y segundo dedo de la mano dominante, estableciendo como meta el rango entre 2.5 y 3.5 microohms pues se reiteran los valores entre 0.8 y 1.5 como óptimos. A este parámetro se le atribuye un carácter esencial como primera etapa de cualquier entrenamiento en relajación que se apoye en biorretroalimentación.
Para la temperatura se utilizó un sensor en uno de los dedos de la mano. Esta modalidad se utiliza como indicador de la contracción o relajación de los músculos suaves que rodean los vasos sanguíneos, lo que determina la cantidad de sangre que llega a la yema de los dedos, o sea, que cuando los músculos están tensos por alguna situación estresante, la temperatura de esta zona es menor. La meta fisiológica que establecimos para esta modalidad fue de 900 F.
El tratamiento para ambos grupos comprendió el programa, elaborado desde el 2000 en nuestro servicio para el manejo del estrés y para uno de los grupos incluyó además el uso de la biorretroalimentación en cada sesión.
El programa convencional al que hacemos referencia, tiene carácter psicoeducacional y se centra en tres elementos básicos:
1. La evaluación: dirigido a modificar la interpretación y evaluación de los estresores.
2. La activación: encaminado e reducir las reacciones psicofisiológicas intensas y mantenidas.
3. El proceso de afrontamiento: cuyo objetivo es desarrollar técnicas adecuadas de expresión y utilización de las respuestas de estrés.
Estos elementos se operacionalizaron en el manejo de aspectos educativos sobre el estrés y la retroalimentación biológica (esta última en el grupo que se utilizó), entrenamiento en técnicas de respiración y de relajación, aspectos básicos y filosofía de la Terapia Racional Emotiva, organización racional del tiempo, control de la ira y entrenamiento en solución de problemas.
En la sesión final se realizó un análisis del cumplimento de las expectativas y se aplicó nuevamente la batería de pruebas psicológica. Por otra parte se discutieron los resultados y se estableció un plan de seguimiento para valorar sistemáticamente que las habilidades y recursos psicológicos aprendidos se generalizaran a la vida cotidiana y sean puestos en práctica ante cualquier evento que tenga para ellos la connotación de estresante.
Los datos sociodemográficos y los resultados de la evaluación psicológica y fisiológica fueron almacenados en SPSS versión 10.0, el procesamiento estadístico de dichos datos fue realizado con este programa también.
Vemos, en el segundo gráfico, que en la Escala de Trastornos del Sueño de Jenkins se obtuvieron resultados similares. Aparecen los resultados para los cuatro trastornos reflejados en la Escala de Jenkins:
1. Dificultades para quedarse dormido.
2. Despertar varias veces durante la noche.
3. Despertar antes del horario habitual.
4. Despertar agotado luego de dormir la cantidad usual
LEYENDA ADICIONAL DEL GRAFICO 2:
Grupo A-1: Grupo A para el Trastorno del sueño 1.
Grupo B-1: Grupo B para el Trastorno del Sueño 1.
Grupo A-2: Grupo A para el Trastorno del Sueño 2.
Grupo B-2: Grupo B para el Trastorno del Sueño 2.
Grupo A-3: Grupo A para el Trastorno del Sueño 3.
Grupo B-3: Grupo B para el Trastorno del Sueño 3.
Grupo A-4: Grupo A para el Trastorno del Sueño 4.
Grupo B-4: Grupo B para el Trastorno del Sueño 4.
Gráfico No.2.
Resultados de la Escala de Sueño de Jenkins en la primera evaluación para ambos grupos.
Corresponde ahora el gráfico que pone de manifiesto los resultados de la evaluación inicial para el Test de Ansiedad de Spielberger, donde mostraremos solamente los valores para la ansiedad como estado. En este gráfico No. 3, encontramos al igual que en los dos anteriores, que no hay grandes diferencias para los dos grupos.
Gráfico No.3.
Resultados de la ansiedad como estado para ambos grupos. Evaluación inicial.
Luego de mostrar los resultados obtenidos en la primera evaluación para los dos grupos, graficaremos lo encontrado en la sesión final; los resultados del seguimiento serán objetivo de otro trabajo de investigación. El gráfico No. 4 expone cómo ambos grupos, que en la primera evaluación tenían valores similares en la escala de Golberg, alcanzaron diferencias significativas en la evaluación final .
En el gráfico 5 se comparan ambos grupos en la segunda evaluación para la Escala de Trastornos del sueño de Jenkins, donde podemos observar que el grupo B, es decir, aquel que adicionalmente utilizó la biorretroalimentación, obtuyo los mejores resultados.
LEYENDA ADICIONAL DEL GRAFICO 5:
Grupo A-1: Grupo A para el Trastorno del sueño 1.
Grupo B-1: Grupo B para el Trastorno del Sueño 1.
Grupo A-2: Grupo A para el Trastorno del Sueño 2.
Grupo B-2: Grupo B para el Trastorno del Sueño 2.
Grupo A-3: Grupo A para el Trastorno del Sueño 3.
Grupo B-3: Grupo B para el Trastorno del Sueño 3.
Grupo A-4: Grupo A para el Trastorno del Sueño 4.
Grupo B-4: Grupo B para el Trastorno del Sueño 4.
Gráfico No.5.
Resultados de la Escala de Sueño de Jenkins en la segunda evaluación para ambos grupos.
Compararemos ahora, en el gráfico No. 6, los resultados de los dos grupos para el Test de Ansiedad de Spielberger, que de manera coherente con los gráficos anteriores (4 y 5) pone de manifiesto una mayor mejoría en el grupo B:
.
Gráfico No.6.
Resultados de la ansiedad como estado para ambos grupos. Evaluación final.
Los resultados de los seis gráficos evidencian mejores resultados en los aspectos evaluados para el grupo que además del programa convencional que estábamos utilizando para el manejo del estrés, hizo uso de la retroalimentación biológica (Grupo B). En este grupo pudimos observar además, una importante disminución de los valores de respuesta electrodermal y electromiográfica así como una elevación de la temperatura acorde a las metas fisiológicas establecidas inicialmente, aunque dichos resultados no son expuestos en el presente trabajo.
Discusión de los resultados y Conclusiones
BioResearch Institute, “Biofeedback information” tomado de www.bioresearchiinstitute.com , 1999.
Clements K. Y Turpin G., “Life event exposure, physiological reactivity and psychological strain” en Journal of Behavioral Medicine, 23 (1).
Landeta O., “Efecto amortiguador del apoyo social ante situaciones de estrés: revisión de los mecanismos implicados”, R.E.M.E 2 (2-3) disponible en www.reme.uji.es/articulos/alandx701261199/texto.html
Martínez-Sánchez F., Ortiz-Soria, B. Y Fernández-Castro J. , “El índice de sudoración palmar: un procedimiento de evaluación de la reactividad autónoma en el estudio de estrés inducido experimentalmente” en Ansiedad y Estrés, 4 (23).
Meichenbaum, D., “Manual de Inoculación del estrés”, Editorial Martínez Roca, 1986.
Moya L. y Salvador A., “Respuesta cardíaca y electrodérmica ante estresores de Laboratorio”, R.E.M.E., 4 ( 5-6), 1997.
Sonomy County Physicians, “Biofeedback: a view of the process” , 43 (1), 1992.
Steptoe A., Cropley M. y Joekes K., “Job strain, blood pressure and response to uncontrollable stress” en Journal of Hypertension, 17 (2).
Zaldívar Pérez, D., “Conocimiento y dominio del estrés”, Editorial Científico Técnica, La Habana, 1996.
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